jueves, junio 28, 2012

La cremosidad y dulzura de la Chirimoya en las mesas venezolanas


No es una fruta que se comercialice comunmente en nuestro país, sin embargo, he crecido viéndola en los patios de las casas de mi familia, cuidadas cual tesoro y es que realmente puede llamarse una joya a la Chirimoya o Chirimoyo, por sus características nutricionales y su escasa producción.

Esta fruta contiene un 75% de agua, es rica en azúcares y vitamina B1, B2, calcio, hierro y fósforo, en su exterior es de color verde claro, pero se va oscureciendo a medida que avanza el proceso de maduración. Su pulpa es blanca, con una textura blanda, cremosa y moderada jugosidad.

Es originaria de los Andes, sin embargo, en América del Sur su producción y consumo es moderada, se cultiva a gran escala en España, siendo el mayor productor mundial con 80% del total y poseen denominación de origen las de Málaga y Costa de Granada; Portugal, Israel, Australia y Estados Unidos, también forman parte de esta lista pero en menor proporción.

Su consumo es básicamente como fruta fresca, pero también es utilizada su pulpa como materia prima para helados y mermeladas. Al ser baja en grasas y alta en fibra, con un efecto intestinal beneficioso (arrastra el colesterol malo y absorbe al mismo tiempo ácidos biliares y regula la flora intestinal), reduce los niveles de colesterol. Igualmente, al ser esta fruta fuente de vitamina A y C tiene efecto antioxidante.

En Venezuela es casi nula su cosecha, se puede encontrar principalmente en la región de los andes, pero para consumo personal. Sin embargo, como tenemos una tierra muy prodigiosa y fértil esperamos poder conseguirla con mayor facilidad en los próximos años.

Por: Simón Quintero

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